El color suele asociarse a una cuestión estética, pero el uso de diferentes colores en los hospitales obedece al poder que tienen algunos como función terapéutica.
En la actualidad su uso es importante porque crea en el paciente y en el personal de la institución. Dentro de la literatura internacional, se reporta que el uso del color tiene efectos psicológicos positivos para los pacientes hospitalizados, siendo una de las maneras más fáciles de modificar un espacio.
Al mismo tiempo, el color mejora los pensamientos, sentimientos y comportamiento de los pacientes, ayudando a disminuir la percepción de dolor. Además, convierte a los espacios hospitalarios en sitios más acogedores y amigables, tanto para pacientes, como para sus familiares y el equipo de salud, permitiendo que se sientan cómodos y relajados.
No obstante, los colores no pueden utilizarse de manera arbitraria en combinación con los equipos médicos, ya que cada uno de ellos tienen diversas funciones de acuerdo al área del recinto hospitalario. En algunas áreas, es necesario estimular y alegrar, y en otras mantener calmado al paciente.
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